Los 7 Privilegios Del Creyente

Los seguidores de Cristo somos privilegiados por Dios con muchas bendiciones. Estos privilegios nos dan la promesa de alegría, valor y victoria. Esta bendición vienen a través de 7 maravillosos privilegios que nos ayudan a ser fieles a la obra de Dios.

Índice
  1. Los 7 privilegios del creyente
  2. Tu no estás solo, Dios está contigo - Pastor Juan Carlos Harrigan
  3. Preguntas Relacionadas
    1. ¿Cómo el creyente debe aprovechar cada uno de estos privilegios?
    2. ¿De qué manera la fe en Dios afecta los privilegios del creyente?
    3. ¿Cuáles son las promesas divinas para los que tienen fe?
    4. ¿En qué consiste el propósito de estos 7 privilegios?
  4. Conclusión

Los 7 privilegios del creyente

Uno: El primer privilegio del creyente es tener la confianza en que Dios estará siempre con nosotros. El Salmo 23:4 dice: "Aunque ande yo por valles oscuros, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo". A través de esta promesa, podemos tener la confianza de que no hay nada que nos pueda separar de la presencia de Dios.

Dos: Los segundo privilegio del creyente es la bendición de la comunión con Dios. Jesús dijo: "En verdad, en verdad les digo: el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Juan 8:12). Esto significa que los creyentes son capaces de escuchar y obedecer la voz de Dios, y recibir la abundancia de vida que Él ofrece a quienes le aman.

Tres: El tercer privilegio es la salvación que encontramos a través de la fe en Cristo. Juan 3:16 nos dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". El don de la salvación es un regalo precioso que todos los creyentes deben experimentar.

Cuatro: El cuarto privilegio de los creyentes es el privilegio de la sanidad divina. Esto significa que Dios nos da el privilegio de ser sanados de cualquier enfermedad física, mental o espiritual. La sanidad divina es un privilegio que Dios ofrece a todos sus hijos y que es para nuestro beneficio y fortalecimiento espiritual.

Cinco: El quinto privilegio es el privilegio de la adopción como hijos de Dios. Gálatas 4:5 dice: "Para que seamos hijos adoptivos de Dios por medio de Jesucristo".Cuando somos salvos por la fe en Cristo, somos adoptados por Dios como hijos de Él, lo cual significa que somos parte de su familia y que tenemos derechos y privilegios que vienen con esta posición.

Seis: El sexto privilegio es el privilegio de la oración. Dios nos invita a buscar Su ayuda en oración, y él promete responder. Salmos 145:18 dice: "El Señor es cercano a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de verdad". Orar es un privilegio maravilloso que nos permite acercarnos a Dios y sostener una relación íntima con Él.

Siete: El séptimo privilegio de los creyentes es el privilegio de la vida eterna. Juan 14:6 dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí". Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, recibimos el privilegio de la vida eterna en el cielo.

Tu no estás solo, Dios está contigo - Pastor Juan Carlos Harrigan

Preguntas Relacionadas

¿Cómo el creyente debe aprovechar cada uno de estos privilegios?

Como creyentes podemos disfrutar de inestimables privilegios otorgados por Dios a través de la fe en Jesucristo. Estos privilegios nos permiten gozar de la presencia de Dios y su bendición en nuestras vidas, y también ser testigos de la gloria de Dios. A continuación veremos cómo podemos aprovechar estos privilegios:

  • Alcanzar una vida cristiana: El privilegio más importante que tenemos como cristianos es acceder a la vida eterna. Por medio de la salvación otorgada por Cristo en la cruz, recibimos el perdón de todos nuestros pecados. Con ello, nos damos cuenta que somos hijos de Dios, con una nueva identidad, llamados a vivir una vida de amor digna de Él.
  • Experimentar unidad con el Señor: La unidad con el Señor permite que vivamos una vida de oración profunda, armonía con los demás y libertad interior. Esto es algo que sólo los cristianos pueden experimentar y nadie más. Así mismo, esta unidad nos ofrece la oportunidad de entrar en contacto con Él para comprender más acerca de Su voluntad.
  • Recibir el don del Espíritu Santo: El Espíritu Santo nos permite tener la fuerza y el valor necesario para afrontar las dificultades y problemas que tenemos en la vida. Cuando recibimos el Espíritu Santo, nos sentimos fortalecidos, y nos enseña a vivir una vida dedicada a Dios y a nuestro prójimo.
  • Servirle a Él y a los demás: El privilegio que tenemos como cristianos es servir al Señor ofreciendo nuestra vida como un sacrificio agradable para Él. A través del servicio demostramos nuestro compromiso con la obra de Dios. Además, servirle implica servir también a los demás, con bondad, amor y respeto.
  • Participar en la obra de Dios: Como creyentes somos parte de la obra de Dios aquí en la tierra. Participamos compartiendo el Evangelio, haciendo discípulos, orando y ayudando a quienes lo necesitan. Esta obra nos permite ver la majestuosidad de Dios y experimentar la transformación que Él realiza en nosotros y en los demás.

Como se puede ver, los privilegios otorgados por Dios son innumerables. Cada uno de ellos debemos aprovecharlo al máximo, para gozar de la presencia de Dios y ser testigos de la gloria de Dios en este mundo. Para lograrlo, debemos comprometernos con nuestra fe, buscando conocer la voluntad de Dios y servirle fielmente.

¿De qué manera la fe en Dios afecta los privilegios del creyente?

La fe en Dios es una de las cosas más importantes que un creyente puede tener. Esta fe es la que permite al creyente recibir los privilegios del Señor, beneficios que van mucho más allá de lo tangible. Estos privilegios son fruto de la bendición divina que el creyente recibe por estar cerca de Dios. Algunos de estos privilegios se pueden ver reflejados en la vida diaria y son imprescindibles para el desarrollo espiritual y personal de cada persona.

Uno de los privilegios más preciados es el don de la salvación. El hombre fue creado con un propósito: para ser feliz. Sin embargo, ésta felicidad se vio afectada cuando se permitió el pecado entrar en nuestras vidas. Gracias a la obra de Jesucristo y la fe que tenemos en Dios, el creyente puede recibir el don de la salvación y ser rescatado del eterno destierro.

El privilegio de la convivencia espiritual con Dios. Los creyentes pueden acceder a un nivel más profundo de comunión con el Señor. La oración y la meditación diarias son herramientas importantes para lograr esta conexión. De hecho, esta relación nos abre la puerta a un nuevo mundo de comprensión y amor, además de darnos esperanza y confianza en medio de los momentos difíciles.

El llamado a servir a Dios. Cuando un creyente es consciente de estar en total sumisión al Padre, éste se ve motivado a servir al Señor de forma fiel y excederse en el servicio. Esto le otorga alegría y satisfacción y le permite hacer una diferencia en la vida de otras personas.

También existen otros privilegios que se derivan de la fe en Dios, entre ellos:

  • La protección y provisión divina
  • El descanso espiritual
  • La comunión con otros cristianos
  • El acceso a la sabiduría divina
  • La satisfacción de haber cumplido con el propósito de Dios

En definitiva, la fe en Dios nos da la oportunidad de vivir una vida abundante, llena de bendiciones. Esto, sin dejar de lado las pruebas y dificultades que todos tendremos que enfrentar durante nuestro recorrido. Pero debemos mantenernos firmes en la fe, pues esto es lo que nos da la esperanza de recibir los privilegios que Dios tiene preparados para nosotros.

¿Cuáles son las promesas divinas para los que tienen fe?

La Biblia, en su totalidad, está llena de promesas divinas para los que tienen fe. Estas promesas son una señal de la presencia y el amor de Dios por nosotros. Estas promesas llegan al corazón de muchos que buscan esperanza y consuelo durante los tiempos difíciles de la vida. Aquí hay algunas de las promesas divinas para aquellos que mantienen su fe:

  • Un futuro lleno de esperanza. Dios promete un futuro lleno de bendición para aquellos que tienen fe y son fieles a Su Palabra. Él nos da esperanza de la vida eterna cuando somos obedientes a Sus mandamientos.
  • Dios será nuestra fortaleza. Dios promete no dejar ni abandonar a aquellos que tienen fe en Él. Dios nos proveerá de fuerza cuando no tengamos la fuerza para seguir adelante.
  • Dios nos otorga un nuevo espíritu. Dios libera a los que tienen fe de relaciones pasadas, pecados, problemas y circunstancias. El nos renueva y nos da un nuevo espíritu para servir a nuestro Señor y Salvador.
  • Dios nos ayudará a vencer el miedo. El nos promete que Su presencia siempre estará con nosotros y nos dará paz en medio del caos. Él nos entrenará para que seamos fuertes y valientes y nos ayudará a vencer el miedo en nuestras vidas.
  • Dios nos regala la salvación eterna. Dios promete a través de Jesucristo que los que le invocan a Él recibirán la salvación eterna de sus pecados. Esta promesa es válida para aquellos que tienen fe en Él.

Estas son sólo algunas de las innumerables promesas divinas para aquellos que tienen fe. Estamos bendecidos con el privilegio de poder acercarnos a Dios y tener una relación con Él. Es importante recordar que el camino de la fe es un camino de visitas constantes a Dios. La fe abre la puerta para recibir todos los regalos y bendiciones de parte de Dios. Es nuestro deber orar y buscar a Dios continuamente para descubrir cuáles son Sus planes para nosotros.

La fe es uno de los mejores dones que Dios nos ha dado para lograr la paz y el gozo en nuestras vidas. Alienta a otros a buscar una relación profunda con Dios, para que ellos también puedan disfrutar de las increíbles promesas de Dios.

¿En qué consiste el propósito de estos 7 privilegios?

Los 7 privilegios tienen como propósito llevar a los creyentes a una relación nueva con Dios. Estos privilegios están vinculados con el ministerio de Jesús, el cual es el motivo principal para la salvación de los seres humanos.

Cada uno de estos privilegios juegan un papel importante en nuestra vida espiritual:

  • El perdón de nuestros pecados: la Biblia nos enseña que hemos ofendido a Dios con nuestros pecados y que solo por medio del sacrificio de Jesús podemos ser perdonados.
  • La adopción como hijos de Dios: A través del sacrificio de Jesús, Dios nos considera sus hijos, por lo que somos llamados a vivir una vida de santidad y obediencia a sus mandamientos.
  • La comunión con Dios: Al establecer una relación con Dios, también estamos llamados a tener comunión con Él y a entablar un diálogo sincero que vaya más allá de una simple oración o alabanza.
  • Acceso a las promesas de Dios: Como hijos de Dios, somos herederos de sus promesas. Estas incluyen la vida eterna, el consuelo, la paz, el gozo, la alegría, la fortaleza, etc.
  • La dirección divina para nuestras vidas: Dios nos guía en todos los aspectos de nuestra vida cuando permitimos que Él sea quien maneje nuestro destino.
  • Protección divina: Dios también nos protege de los peligros y obstáculos que enfrentamos en nuestra vida cotidiana, desde la presencia maligna hasta los problemas adversos de la vida.
  • Vida eterna: El último de los privilegios es el de la vida eterna. Por medio del sacrificio de Jesús, recibiremos la vida eterna en el Cielo.

Con estos privilegios, nuestra fe se fortalece y aprendemos a ver la vida como un don de Dios que debemos cuidar y honrar. Cada uno de ellos es un paso hacia una mayor comprensión de la voluntad de Dios para nuestras vidas.

Conclusión

Los privilegios del creyente son un regalo único que tiene el poder de cambiar la vida de los seguidores de Jesucristo. Estos privilegios son una bendición que proporcionan una nueva manera de ver la vida y sus circunstancias. Los 7 privilegios del creyente son:

  • Salvación eterna: El mayor privilegio que reciben los creyentes es el regalo eterno de la salvación. Al aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, nos da el derecho de entrar en el reino de Dios.
  • Resurrección de Cristo: La resurrección de Cristo confirma su victoria y su reinado sobre la muerte. Esto nos da la confianza de que Él siempre estará allí para nosotros, para acercarnos a Él y recibir nueva vida en Su nombre.
  • Consuelo: Todos los creyentes tienen acceso a la presencia y la promesa de consuelo de Dios. Él nos ofrece el aliento y la fuerza para seguir adelante a pesar de los desafíos de la vida.
  • Fatiga desaparecida:​ En este mundo lleno de preocupaciones, el creyente puede acudir a Dios para aceptar el descanso que proporciona. Dios nos ofrece un lugar de refugio en los tiempos difíciles.

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