Cómo Dios Vino A Salvar Lo Que Se Había Perdido

La salvación es el regalo más preciado que Dios nos ofrece. En su manifestación más profunda, equivale a una nueva vida en Cristo, pero también se refiere al acto más alto de amor y misericordia por el cual Dios nos rescató de nuestro estado de pecado. Desde el principio de la humanidad, Dios ha estado trabajando para salvar lo que se había perdido.

Con seriedad — y a veces con dolor—, Dios se enfrentó al hombre y a sus almas separadas de Él. Estableció el plan de la redención en cuanto a la ley mosaica y los sacrificios de ofrendas, con el fin de preparar un camino para la venida de su Hijo, Jesucristo. A través de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, Dios pudo reconciliar a los hombres con su amor eterno, restaurar la relación entre el Cielo y la Tierra.

Nosotros como creyentes, podemos ver el plan de salvación de Dios en la Biblia. Es conocido como el proposito de Dios de comenzar de nuevo con el hombre, con la llegada de Jesús. La Palabra de Dios nos dá la revelación necesaria para experimentar una vida en plenitud y descubrir el propósito significativo.

El hecho de que Dios vino a salvarnos no se trata solo de una promesa para el pasado, sino también de una realidad para el presente. Si estamos dispuestos a aceptarlo, recibiremos el don de la salvación que Él ofrece. Juntos, podremos encontrar la verdad de una relación significativa y transformadora con el Creador, el Verbo hecho carne.

Índice
  1. CRISTO VINO A BUSCAR Y SALVAR lo que se había perdido
  2. NOS AMENAZÓ Y NOS ROBÓ TODO [Valledupar, Colombia]
  3. Preguntas Relacionadas
    1. ¿Por qué necesitábamos un Salvador?
    2. ¿Qué habilidades únicas posee Dios que nos ayudan a ser salvos?
    3. ¿Cómo podemos ver el amor de Dios para con aquellos que se hayan perdidos?
    4. ¿Cuáles son las consecuencias de rechazar la salvación de Dios?
    5. ¿Cómo debemos responder al mensaje de salvación de Dios?
  4. Conclusión

CRISTO VINO A BUSCAR Y SALVAR lo que se había perdido

NOS AMENAZÓ Y NOS ROBÓ TODO [Valledupar, Colombia]

Preguntas Relacionadas

¿Por qué necesitábamos un Salvador?

En nuestras vidas a veces nos encontramos con preguntas sin respuesta, en algunos casos de gran relevancia. Una de estas cuestiones es ¿por qué necesitábamos un Salvador? En la Biblia, la Palabra de Dios, se nos da la respuesta detallada: necesitábamos un Salvador porque somos pecadores por naturaleza y obra.

La Escritura dice en Romanos 3:23 que “todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios”. Esto significa que todos hemos cometido el pecado de rebelarnos contra Dios y su voluntad para nuestras vidas. Debido a esto, Dios nos ha alejado de Él, y sin Él, no hay esperanza para una vida plena. El pecado nos separa de Dios y nos ha dejado sin salida.

Además, no sólo estamos pecadores por naturaleza, sino también por obra. En otras palabras, no sólo somos pecadores por nuestra herencia desde la caída de Adán, sino también por todas las maldades que cometemos a diario. La realidad es que cada uno de nosotros contribuye cotidianamente a este problema de pecado.

Afortunadamente, Dios nos ofreció la salvación a través de Su Hijo Jesucristo. Romanos 6:23 promete que “por la gracia de Dios, todos los que creen sean justificados gratuitamente mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Esto significa que, aunque somos pecadores, Dios nos ofrece la posibilidad de arrepentirnos de nuestros pecados y ser salvos por medio de Jesucristo. Su sacrificio y amor por nosotros es lo que nos permitió volver a tener esperanza.

El hecho de que Jesucristo viniera a la tierra para morir por nuestros pecados nos recuerda que somos amados por Dios, por más pecadores que seamos. Él siempre estará dispuesto a perdonarnos si sinceramente le pedimos que lo haga. Esta es la belleza de la salvación.

Por lo tanto, la pregunta de ¿por qué necesitamos un Salvador? Nos lleva a una respuesta evidente: necesitamos un Salvador porque somos pecadores por naturaleza y obra. Sin embargo, Dios fue tan bueno que nos brindó esa salvación a través de Su Hijo Jesús. Eso es algo que debemos recordar siempre y que nos recuerda que siempre habrá un camino de regreso a Él si estamos dispuestos a buscarlo.

¿Qué habilidades únicas posee Dios que nos ayudan a ser salvos?

La Biblia nos cuenta muchas cosas acerca de Dios: sobre todo, que es un ser único en su clase. De hecho, la Santa Escritura tiene mucho que decirnos sobre las habilidades únicas que posee Dios que nos ayudan a alcanzar la salvación. Estas cualidades especiales de Dios muestran su amor, suficiencia y misericordia hacia el mundo.

En primer lugar, es importante señalar que Dios es el Creador de todas las cosas. Él es el único que pudo haber creado el universo y traer la vida en él. Esta habilidad única también le da a Dios la capacidad de preservar el universo que ha creado. Esto significa que Dios es el único que puede garantizar la existencia de la creación, así como la integridad del resto de la obra creadora. La Biblia dice: "En él vivemos, nos movemos y somos" (Hechos 17:28).

Además, Dios posee una habilidad especial para ver todas las cosas con una perspectiva perfecta. Esto significa que Él sabe el destino de toda la humanidad mejor que ninguno de nosotros. Esto hace que sea el único que puede guiar a la humanidad a la salvación. El Señor nos anima a confiar en Él con estas palabras: "Yo Jehová, tu Dios, te doy aviso; yo mismo, yo mismo encamino tu destino" (Isaías 48:17).

Dios también posee una habilidad única para amar al ser humano sin límites ni condiciones. El Señor demostró su infinito amor por nosotros enviando a su Hijo Jesucristo para morir por nosotros. La cruz de Jesús nos muestra que Dios espera que nos arrepintamos de nuestros pecados y busquemos la salvación por medio de Él. Dios dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).

Finalmente, Dios posee una habilidad especial para perdonar. Aunque somos pecadores, el Señor tiene el poder de borrar nuestro mal pasado si nos arrepentimos y entregamos nuestra vida a Él. La Palabra de Dios nos dice: "Mas yo soy Jehová tu Dios, desde la tierra de Egipto; aún no conocerás otro dios fuera de mí, ni hay salvador fuera de mí" (Oseas 13:4).

Es claro que Dios posee muchas habilidades únicas que nos ayudan a ser salvos. Estas cualidades nos recuerdan que cuando confiamos en Él y buscamos su dirección, nos abre el camino a una vida librada de pecado, llena de gozo y bendición.

¿Cómo podemos ver el amor de Dios para con aquellos que se hayan perdidos?

La pregunta de cómo podemos ver el amor de Dios para con aquellos que se hayan perdidos es una pregunta muy importante para muchos cristianos. Según la Escritura, el amor de Dios es incondicional y siempre está disponible para quienes lo buscan. Entonces, ¿cómo podemos ver ese amor para con aquellos que se hayan perdido?

La clave para ver el amor de Dios para con los que se hayan perdidos está en las Escrituras. La Biblia proporciona algunos ejemplos de cómo Dios muestra su amor a través de personas y situaciones. Por ejemplo, en Lucas 15:11-24, Jesús relata la historia del hijo pródigo, quien se había alejado de Dios y su familia. A pesar de sus errores, el padre le da la bienvenida a casa con amor y comprensión. Esta historia nos muestra que Dios siempre se siente feliz de recibir a los pecadores arrepentidos con sus brazos abiertos.

Además, la Escritura nos enseña que Dios nunca abandona a aquellos que piden ayuda. En Romanos 8:38-39, Pablo escribe que nada puede separarnos del amor de Dios, ni siquiera la muerte. Esto nos muestra que Dios siempre está dispuesto a acoger a quienes vuelvan a Él.

Otra forma en que podemos ver el amor de Dios para con aquellos que se hayan perdido es a través de la oración y la meditación. Al pasar tiempo en oración, podemos conectarnos con Dios y sentir su presencia. Esto nos ayuda a recordar que su amor y su misericordia son inagotables. La meditación nos permite reflexionar sobre las Escrituras y sus promesas, recordando que Dios está ahí para aquellos que lo buscan.

¿Cuáles son las consecuencias de rechazar la salvación de Dios?

Dios nos ama profundamente y quiere que todos seamos salvos. Esto significa que Él nos ha preparado un camino para que podamos alcanzar la vida eterna, y está incluso dispuesto a sufrir nuestros pecados y perdonarnos, si sólo le abrimos el corazón.

Sin embargo, hay personas que eligen no aceptar la salvación de Dios; deciden seguir sus propios caminos en lugar de satisfacer los requisitos establecidos por Él. Estas decisiones tienen consecuencias severas, porque rechazar la salvación de Dios es una ofensa contra Él mismo.

Como resultado de rechazar la salvación ofrecida por Dios, uno cae bajo los juicios de Dios. Esto significa que la ira y el juicio de Dios se desatarán sobre aquellos que han rechazado Su oferta de salvación. La Biblia dice que el salario del pecado es la muerte (Romanos 6:23); aquellos que no aceptan a Jesús como su Salvador, cargarán con los juicios de Dios para siempre.

Además, aquellos que se niegan a aceptar la salvación de Dios pierden la posibilidad de experimentar una verdadera paz. Cuando rechazamos la salvación ofrecida por Dios, nos cerramos a la plenitud que Él nos ofrece; esta falta de paz es un resultado directo de vivir sin la presencia de Dios.

Finalmente, aquellos que rechazan la salvación de Dios se privan de la abundante vida que Dios nos ofrece. Dios nos promete vida y alegría eternas si nos sometemos a Su voluntad y lo obedecemos. Cuando rechazamos a Dios, nos negamos a la posibilidad de experimentar la abundancia que Él proporciona a todos los que creen en Él y lo obedecen.

Es crucial tener en cuenta las terribles consecuencias de rechazar la salvación de Dios. Por supuesto, somos libres de tomar nuestras propias decisiones; sin embargo, debemos entender que rechazar la salvación significa aceptar conscientemente la ira de Dios y la condenación eterna. Al comparar esta situación con el gozo y la plenitud que nos promete Dios a través de Su hijo Jesucristo, la decisión final se hace muy clara. ¡Escoge la salvación de Dios!

¿Cómo debemos responder al mensaje de salvación de Dios?

La obra de Jesucristo en la cruz es el fundamento de la extraordinaria oferta de salvación que Dios ofrece a toda la humanidad. Esta oferta se nos presenta en la Palabra de Dios y está unida a la gracia de Dios y al don de la vida eterna. Al responder a este mensaje de salvación, nos encontramos ante una importante decisión de vida.

En primer lugar, debemos creer que Jesús es el Hijo de Dios que vino a sacarnos de nuestros pecados. La Biblia dice: "Porque por la gracia de Dios que me fue dada, yo soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano; antes bien he trabajado más que todos ellos; aunque no yo, sino la gracia de Dios conmigo" (1 Corintios 15:10). Esto significa que hay que creer en Jesús como el único Salvador. El propósito de Jesucristo en la cruz fue para perdonar a los pecadores, restaurar la relación de Dios con el hombre y permitirnos el acceso al cielo. De esta manera, la salvación se basa en la fe en Jesús como Señor y Salvador.

En segundo lugar, debemos aceptar el regalo de la salvación. La Biblia dice: "Porque Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Esto significa que no hay necesidad de hacer nada para ganar la salvación, es un don de Dios de gratis. A veces pensamos que hay cosas que tenemos que hacer, o cosas que hay que dejar de hacer, para ganar el regalo de la salvación. Pero la verdad es que la salvación se recibe solamente por la fe en el sacrificio de Cristo.

También, es importante entender que la verdadera salvación es un cambio de corazón. Es un cambio de pesar por el pecado a una profunda convicción de la justicia de Dios. Y este cambio de corazón debe manifestarse en nuestros pensamientos, palabras y acciones. De esta manera, la salvación se confirma conforme vivimos según la capacidad que el Espíritu Santo nos da. La Biblia dice: "Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (2 Corintios 3:17). Esto significa que recibimos la libertad de vivir una vida santa siguiendo el mandato de Dios.

Finalmente, necesitamos comprender que la salvación es un camino de vida y no solamente un punto de partida. Vivir vidas santificadas es el resultado natural de una verdadera fe. Debemos recordar que Dios nos ama sin condiciones, y nos ha prometido la vida eterna si creemos en él. Y espera que creamos en sus promesas, y que vivamos de acuerdo con sus promesas. La Biblia dice: "Mas el que mira al Señor será iluminado, y no será avergonzado" (Salmo 34:5). Esto significa que, cuando miramos a Dios y nos mantenemos fieles a sus promesas, experimentaremos la alegría de la salvación.

Conclusión

Podemos ver en las Escrituras que Dios no nos deja solos en nuestras necesidades, sino que se ha manifestado en el amor de Cristo, viniendo a la tierra para salvar a aquellos que se habían perdido.

La salvación es un regalo de Dios que Él nos ofrece y aceptar el regalo es tomar la decisión de vivir una vida transformada. Si bien la salvación depende de nuestra respuesta a Dios, Él ya ha hecho todo lo necesario para salvar a la humanidad entregando a Su Hijo único, Jesucristo, para pagar el precio del pecado.

A través de esta obra redentora, somos liberados del pecado y abrazamos el plan de vida de Dios para nosotros. Esta maravillosa salvación es la seguridad de que nosotros no seguiremos perdidos, sino salvos para siempre.

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