La Lengua: Cómo Controlar Nuestras Palabras Y Utilizarlas De Manera Edificante

Nuestras palabras pueden usarse para construir, así como también para destruir; son una de las armas más grandes que tenemos para influenciarnos entre nosotros. Por eso es importante conocer cómo controlarlas y usarlas para edificar a aquellos con quienes hablamos.

En la cultura cristiana, hay varias referencias a este tema: en Proverbios 16:24 dice “Las palabras suaves son como la miel, dulces para el alma y sanidad para los huesos”. Esto significa que los alabanzas, elogios o cualquier otra forma de discurso positivo son esenciales para mejorar las relaciones con nuestro prójimo.

Es por esto que muchos cristianos luchan por controlar sus palabras y usarlas para el bienestar de los demás. Esto implica que cada vez que hablamos, el lenguaje que usemos debe ser respetuoso, honesto, verdadero, amable y compasivo. De esta manera contribuiremos a construir relaciones sanas y amables con otros.

Aprende a controlar lo que dices

Es natural que tengamos pensamientos y sentimientos negativos, pero si queremos edificar con nuestras palabras, debemos aprender a controlarlos. Aunque sea difícil, hay algunas formas de monitorear lo que decimos y evitar frases destructivas.

  • Respeta al que escucha: Antes de hablar, considera si lo que dices va a ser útil para el otro.
  • Monitoréate a ti mismo: Después de hablar, pregúntate si lo que has dicho ha sido edificante o si no has causado algún daño.
  • Piensa antes de hablar: Es una muy buena práctica tomarse unos segundos antes de hablar para elegir las palabras adecuadas.
  • Controla el tono: Es importante apreciar el tono con el que hablamos, ya que puede cambiar el significado de las palabras.

Usa tus palabras para edificar

Para aprovechar al máximo la herramienta de nuestra lengua es muy importante usarla para edificar. Esto significa optar por herramientas de comunicación basadas en el amor, como elogios, palabras de aliento, afirmaciones positivas, etc.

Algunas frases edificantes que puedes usar son:

  • “Estoy orgulloso/a de ti por…”
  • “Creo en ti.”
  • “Te aprecio por…”
  • “Me ayudaría mucho si…”
  • “Me gustaría trabajar contigo para…”
  • “Soy consciente de que…”
  • “Te necesito para…”

Todos somos responsables de los efectos de nuestras palabras. Por eso, el control de nuestras palabras es esencial para construir relaciones amables y respetuosas. Si lo logramos, estaremos edificando un mundo mejor para todos.

Índice
  1. Los que controlan su lengua disfrutan la vida - Andrés Corson - 16 Julio 2016
  2. CUATRO COSAS QUE PUEDEN ESTANCAR LA BENDICIÓN DE TU CASA - Pastora Yesenia Then
  3. ¿Cómo puedo controlar mi lengua según la Biblia?
  4. ¿Qué dice la Biblia del poder de la lengua?
  5. ¿Qué enseñanza nos deja Santiago capítulo 3?
  6. ¿Cuál es la enseñanza de este texto Santiago 3 1 12?
  7. Preguntas Relacionadas
    1. ¿De qué forma podemos controlar nuestras palabras según la Biblia?
    2. ¿Cómo podemos utilizar nuestras palabras de forma edificante para el reino de Dios?
    3. ¿Qué versículos bíblicos nos enseñan acerca del control de la lengua?
    4. ¿Qué consecuencias trae el hablar con un lenguaje impropio?
    5. ¿Qué recomiendan los salmos sobre el uso de la lengua?
  8. Conclusión

Los que controlan su lengua disfrutan la vida - Andrés Corson - 16 Julio 2016

CUATRO COSAS QUE PUEDEN ESTANCAR LA BENDICIÓN DE TU CASA - Pastora Yesenia Then

¿Cómo puedo controlar mi lengua según la Biblia?

Entendemos que, muchas veces, es difícil controlar la lengua; pero, de acuerdo con la Biblia, hay varias maneras de lograrlo. El primer paso para aprender a controlar la lengua es tener una relación cercana con Dios, orando y confidencia en Él. Esto nos ayudará a controlar nuestro corazón y a actuar según lo que el Espíritu Santo nos permita.

Otra manera de controlar nuestra lengua es hacer un esfuerzo consciente para pensar antes de hablar. Si estamos reflexionando sobre las palabras que queremos decir, nos será más fácil controlar nuestra lengua. Por ejemplo, si alguna situación nos causa irritación, es recomendable tomarse un tiempo para calmarse. De esta forma, podemos evitar decir cosas que lamentaremos más tarde y que no edificarán a nadie.

Para terminar, en la Biblia nos sugieren otros consejos para controlar la lengua:

  • Leer la Palabra de Dios: leer versículos bíblicos nos recordará la voluntad de Dios y nos ayudará a recordar que somos responsables por lo que decimos.
  • Vivir en comunión con los demás: mantenernos rodeados de personas que nos edifiquen y nos aconsejen también nos animará a controlar nuestras palabras.
  • Buscar en oración la guía de Dios: aparte de orar diariamente para mantener una buena relación con Dios, es bueno pedirle que nos ayude a controlar nuestra lengua si nos sentimos impacientes.

Si buscamos controlar nuestra lengua de acuerdo a los consejos de la Biblia, tenemos la certeza de que alcanzaremos el éxito.

¿Qué dice la Biblia del poder de la lengua?

La Biblia nos dice que la lengua es uno de los dones más preciosos que Dios ha dado al hombre. Está llena de versículos que nos ayudan a entender el poder que tiene nuestra lengua para edificar o para destruir, y estos versículos nos enseñan lo importante que es utilizar nuestras palabras sabiamente.

Proverbios 18:21 NVI "La lengua tiene el poder de dar vida y de causar muerte; aquellos que la usan sabiamente encontrarán la felicidad".

Esta Escritura nos muestra que hay dos maneras de usar nuestra lengua: para dar vida a los demás y para causarles daño. Elegir las palabras adecuadas significa usar el lenguaje correcto para mostrar amor hacia nuestro prójimo.

Santiago 3:5-6 NVI
"Así, también la lengua es un solo miembro, pero puede hacer mucho mal. Contemplen cuanto fuego puede encender. La lengua es un mundo de maldad, contaminada por el pecado. La misma lengua que bendice a Dios se usa para maldecir a los seres humanos, creados a imagen de Dios".

Esta Escritura nos recuerda que la lengua está contaminada por el pecado, y a veces nuestros deseos de lastimar a otros nos impiden hablar de una forma edificante.

Colosenses 4:6 NVI
"Sea su conversación agradable y acertada, para que sepa cómo deben responder a cada persona".

Esta Escritura nos recuerda que siempre debemos usar nuestra lengua con cuidado para no causarle ningún daño a los demás. Tenemos que aprender a controlar nuestras emociones para hablar de una forma amable y comprensiva, y respetar los sentimientos de los demás.

¿Qué enseñanza nos deja Santiago capítulo 3?

Santiago capítulo 3 nos deja muchas enseñanzas importantes sobre la paciencia, la fidelidad a Dios y la compasión. Para empezar, en los versículos 9 y 10 se nos dice que "Jamás suspire el hombre por tener la sabiduría, pues ninguno podrá resistir a la tentación; sino que sea humilde y temeroso de Dios". Esto nos enseña que no debemos buscar la sabiduría por nuestra cuenta y que debemos ser humildes para que Dios nos ayude cuando estamos en una situación difícil.

Además, Santiago nos recuerda en el versículo 12 que "Bienaventurado el varón que sufre la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman". Esto nos enseña que debemos tener paciencia y perseverancia incluso en las situaciones más difíciles, confiando en que Dios nos ayudará a vencer cualquier prueba que nos presente.

Por último, en los versículos 13 al 18 nos indica los efectos que tiene la sabiduría cristiana:

  • Amor: La sabiduría cristiana nos enseña a amarnos unos a otros como hermanos.
  • Bondad: Si queremos alcanzar la sabiduría de Dios, debemos estar dispuestos a ser bondadosos.
  • Paciencia: Debemos tener paciencia para resistir la tentación y los problemas que nos presente la vida.
  • Humildad: Debemos ser humildes para que Dios nos dé la victoria sobre cualquier situación.
  • Mansedumbre: Debemos tener mansedumbre y saber controlar nuestras emociones.
  • Paz: Tenemos que buscar la armonía entre nosotros y con Dios.

¿Cuál es la enseñanza de este texto Santiago 3 1 12?

En Santiago 3: 1-12, la enseñanza que se nos invita a aprender es la necesidad de controlar nuestras palabras. Esta sección de la Biblia nos invita a recordar la influencia que tienen nuestras palabras. Esto nos dice que tenemos el poder de bendecir y edificar y también de maldecir y destruir, pues las palabras pueden causar grandes daños cuando son habladas con intenciones malignas.

Santiago nos dice:

  • “Todos los hombres sois hermanos entre sí. No habéis de ser injustos ni altivos unos con otros.” (v.1)
  • “No debáis ser sabios en vuestro concepto propio.” (v.6)
  • “De tal manera, no somos embravecidos, ni sembramos entre vosotros contiendas entre hermanos.” (v. 11)
  • “Así, la lengua es un fuego, un mundo de maldad.” (v. 6)

De esta forma, Santiago nos invita a usar nuestras palabras para edificar el uno al otro y a tener cuidado con los comentarios negativos y de ofensas que pueden causar daño. Debemos tener cuidado de enfocarnos en decir cosas positivas y constructivas para bendecir a otras personas. Esto es lo que Santiago nos enseña: que nuestra lengua es un arma de doble filo, por lo que debemos tener cuidado de cómo la utilizamos.

Preguntas Relacionadas

¿De qué forma podemos controlar nuestras palabras según la Biblia?

La Biblia nos habla del poder de las palabras; es decir, del poder que tienen para edificar o para destruir. Proverbios 18:21 dice: "La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos".

Es decir, que si usamos nuestras palabras para fortalecer el corazón de los demás, igualmente, recogemos los frutos de dichas palabras. Al mismo tiempo, si usamos nuestras palabras para hacer daño o herir a los demás, recibimos lo que hemos sembrado.

Por este motivo, es importante que tomemos control de nuestras palabras. Para esto, la Biblia nos da algunos consejos claves que debemos aprender para controlar nuestras palabras:

  • Hablar con cuidado y entendimiento: Primero y principalmente, debemos procurar hablar pensando en lo que se va a decir, y no simplemente decir las primeras palabras que se nos ocurran. Filo 2:14 nos dice "Haced todo sin murmuraciones ni discusiones".
  • No hablar en vano: No debemos usar nuestra lengua para contar chismes o para hablar por hablar. Mateo 12:36 nos dice "Y de cada palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio".
  • No ser afilados o ásperos en nuestras respuestas: Debemos tratar de hablar con suavidad, incluso en aquellas conversaciones que son difíciles y controversias. Colosenses 4:6 nos dice "Sea vuestra conversación siempre con gracia, sazonada con sal".
  • Siempre usar palabras de edificación: Objetivo principal de nuestro discurso debe ser edificar a los demás, y no desanimarlos. Efesios 4:29 dice "No deis palabras malas, sino palabras buenas tales como sean necesarias para edificación, a fin de impartir gracia a los oyentes".

En definitiva, la Biblia nos invita constantemente a poner un freno en nuestros labios para controlar nuestras palabras. Si nosotros somos conscientes al hablar, podemos usar nuestras palabras para edificar a los demás, y no para destruirlos. Así, podremos tener una mejor relación con los demás y con Dios, pues Él nos está viendo.

¿Cómo podemos utilizar nuestras palabras de forma edificante para el reino de Dios?

En primer lugar, debemos recordar que nuestras palabras reflejan nuestra imagen de Cristo, y tenemos que verlas como la herramienta principal para responder a la Palabra de Dios. Debemos tratar de utilizar nuestras palabras de manera positiva al expresar nuestros pensamientos y opiniones sobre Dios y la obra de Cristo. También debemos usar nuestras palabras para edificar y animar a otros, especialmente a los hermanos en la fe.

A continuación, te enumeramos algunas formas de utilizar nuestras palabras de forma edificante para el reino de Dios:

  • Usa el lenguaje correcto para decir las cosas de acuerdo a la Palabra de Dios.
  • Comparte el mensaje de la salvación a través del evangelio.
  • Motiva a otros con ejemplos bíblicos.
  • Alienta a aquellos que están luchando para seguir a Cristo.
  • Habla con humildad y respeto, sin juzgar ni criticar.
  • Anima a aquellos que se encuentran en dificultades o tristes.

El Señor nos manda a predicar el evangelio y ser testigos de su amorosa presencia. Es por eso que debemos orar para que el Espíritu Santo nos ayude a encontrar las palabras adecuadas y saber cuándo y cómo utilizarlas. De esta forma, podremos cumplir el mandato de Dios de abrir nuestros corazones a aquellos que anhelan escuchar la buena noticia del evangelio.

¿Qué versículos bíblicos nos enseñan acerca del control de la lengua?

1 Corintios 15:33 "No os dejéis engañar: Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres."

Proverbios 10:19 "La lengua del sabio esplende la sabiduría; La boca del necio emite necedades."

Proverbios 18:21 "La lengua tiene poder para la vida y la muerte; El que ama la palabra, hallará el bien."

Gálatas 5:22-23 “ Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

La Biblia nos enseña que debemos siempre controlar nuestra lengua. Dios quiere que tengamos una relación profunda con Él y los demás. La forma en que hablamos refleja los pensamientos de nuestro corazón. Por lo tanto, si queremos vivir una vida de integridad, debemos aprender a controlar nuestras palabras. Están los siguientes versículos bíblicos que nos ayudan a entender mejor este concepto:

  • 1 Corintios 15:33 – “No os dejéis engañar: Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.”
  • Proverbios 10:19 – “La lengua del sabio esplende la sabiduría; La boca del necio emite necedades.”
  • Proverbios 18:21 – “La lengua tiene poder para la vida y la muerte; El que ama la palabra, hallará el bien.”
  • Gálatas 5:22-23 – “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

Todos estos versículos nos ayudan a entender que tenemos una responsabilidad al hablar. Necesitamos tener cuidado con lo que decimos, porque cada una de nuestras palabras tiene un efecto. Tenemos que hablar con sabiduría y cuidado, y nosotros mismos debemos mantenernos alejados del chisme, la maledicencia y las palabras negativas. Nuestras palabras deben ser un reflejo del Espíritu y carácter de Cristo. Debemos recordar que nuestras palabras no solo retratan quiénes somos, sino también cómo servimos a los demás.

¿Qué consecuencias trae el hablar con un lenguaje impropio?

Hablar con un lenguaje impropio puede tener graves consecuencias para nuestra vida diaria. Cuando usamos lenguaje ofensivo, malicioso e irrespetuoso hacia otros, estamos creando un ambiente en el que la comunicación se dificulta y los malentendidos son frecuentes. Esto nos impide construir relaciones saludables con las demás personas. La ofensa, el desprecio y la crítica continuos podrían llevar a relaciones destructivas con miembros de la familia, amigos o compañeros de trabajo.

Es importante recordar que la Palabra de Dios nos instruye a hablar siempre con respeto y bondad; tanto verdad como amor. Nuestro lenguaje es un reflejo del carácter que tenemos, y debemos mostrar siempre el mejor ejemplo a los demás. El lenguaje puede ser un indicador de la manera en que otros nos ven, y cuando usamos palabras ofensivas, la percepción de nuestro carácter puede cambiar. Si el lenguaje impropio se usa sin parar, nuestra imagen puede ser permanentemente dañada.

Además, la ofensa verbal puede ser un signo de falta de autocontrol. La lengua puede ser un reflejo de problemas ocultos como la autoestima baja, la frustración emocional y la falta de confianza en nosotros mismos. Esto nos lleva a hacer comentarios agresivos y ofensivos. Un lenguaje insincero también causa mucho daño, como mentir, maldecir, criticar y burlarse.

Es importante tanto para nosotros mismos como para las demás personas usar un lenguaje adecuado, respetuoso y amable con otros. Cuando empleamos un lenguaje correcto, sin insultos ni mentiras, podemos construir relaciones saludables y sólidas con los demás. Mostremos el buen ejemplo que nos dijo la Palabra de Dios al usar siempre un lenguaje apropiado, bondadoso y sincero.

  • Mal entendidos en la comunicación.
  • Relaciones destructivas.
  • Daño a la imagen.
  • Falta de autocontrol.
  • Insultos y mentiras.
  • Relaciones no saludables.

¿Qué recomiendan los salmos sobre el uso de la lengua?

Los Salmos, parte importante de la Biblia, contienen muchos consejos sobre el uso de la lengua. Estos son algunos de los principales mensajes que encontramos:

La lengua debe ser usada para la alabanza de Dios: Los salmos contienen muchas referencias sobre el uso de la lengua para alabar a Dios. Dice el salmo 34:1: "Yo bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza siempre estará en mi boca". Muchos otros Salmos también se refieren a la necesidad de alabar la grandeza y el poder de Dios.

La lengua debe ser usada para testimoniar acerca de la bondad de Dios: Los salmos nos recuerdan que hay que usar la lengua para dar testimonio de las obras maravillosas que Dios ha hecho en nuestras vidas. El salmo 107:2 dice: "¡Den al Señor alabanza y glorifíquenlo por sus obras maravillosas!". Esto indica que debemos usar la lengua para compartir los milagros que Dios hace en nuestras vidas.

La lengua no debe ser usada para mentir, murmurar y criticar: Los salmos nos advierten sobre el mal uso de la lengua, como el mentir, murmurar y criticar. El salmo 120:2 dice: “¡Oh, Señor, líbrame de labios engañosos y de lengua mentirosa!” Esta versión nos recuerda que no debemos usar la lengua para decir cosas negativas o que nos lastimen a los demás.

Conclusión

Concluimos que el uso sabio de la palabra es una habilidad necesaria para vivir en armonía con los demás y para tener santidad ante Dios. La lengua se ha comparado con una espada afilada que puede edificar o destruir, y cada uno de nosotros debe controlar nuestras palabras para que estas edifiquen a aquellos que nos rodean.

Debemos:

  • Utilizar palabras amables, edificantes y amorosas para construir relaciones y comunicarnos mejor.
  • Hablar con entendimiento, conteniéndonos y evitando decir cosas fuera de lugar.
  • Escuchar más que hablar, para obtener mayor comprensión de los puntos de vista de los demás.
  • No ser orgullosos ni dejar que nuestras emociones se desborden a la hora de hablar.
  • Evitar ofender a los demás con nuestras palabras y recordar lo que dice la Palabra de Dios sobre el uso prudentes de la lengua.

Con estas recomendaciones tendremos la capacidad de ver los resultados positivos de nuestro uso adecuado del lenguaje. De esta manera podemos controlar nuestras palabras y utilizarlas de una manera edificante.

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